El partido entre el Alavés y el Atlético de Madrid se vio interrumpido durante diez minutos debido a una emergencia médica en las gradas. Una espectadora requirió atención urgente, lo que obligó a detener el encuentro para permitir el acceso y la actuación de los servicios sanitarios en el Estadio de Mendizorroza.
El árbitro del partido, consciente de la situación, aprovechó la pausa obligada por la emergencia para decretar una pausa de hidratación. Esta medida, que no se había implementado durante la primera mitad del partido, permitió a los jugadores reponer fuerzas mientras los servicios médicos atendían a la aficionada afectada. La pausa se extendió hasta que la mujer fue evacuada en camilla, recibiendo el aplauso y el apoyo de los presentes.
Finalmente, la espectadora fue estabilizada y trasladada para recibir atención médica especializada. Se reportó que las altas temperaturas en el estadio, cercanas a los 30 grados centígrados, podrían haber contribuido a la situación. La reanudación del partido se produjo tras la evacuación de la aficionada, sin mayores incidentes y sin afectar el desarrollo deportivo del mismo.
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